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Las Malvinas y algo más.

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Cuando en diciembre de 1981 escribí el primero de los artículos, previos al 2 de abril, nunca imaginé que el tema que planteaba llegaría a tener una vigencia tan dramática, en tan corto tiempo. Mas bien, lo que exponía eran expresiones de anhelos y advertencias acerca de las argucias de la tan bien llamada "Pérfida Albión", sin esperar resultados inmediatos.

Lo que luego sucedió conmovió al mundo. La transitoria derrota militar argentina, precoz e inesperada, no nos permitió todavía evaluar en su verdadera dimensión el gran significado de este hecho histórico, que "pateó el tablero" de las alianzas internacionales y puso al descubierto la auténtica cara del Conflicto Norte Sur, tan maligna y odiosa como la del Este-Oeste.

Los países, especialmente los No Desarrollados, no tenían conciencia de la magnitud y encono de la confrontación, mejor dicho de la subordinación irrestricta del Sur al Norte. Ese cajón de cemento que se llama Naciones Unidas, digna sucesora de la inoperante Sociedad de las Naciones, había adormecido durante décadas la sensibilidad de los Estados, no miembros permanentes de su Consejo de Seguridad. Seguridad de quién, del mundo o de los intereses de las potencias fundadoras?. Así vemos como Inglaterra, miembro de ese Consejo, obligada moral y jurídicamente a apoyarlo, no tiene ningún empacho en desconocer sus Resoluciones, cuando no le convienen, y Estados Unidos y Rusia, aparentemente muy enfrentados, resuelven no poner en peligro su romance de la Vodka-Cola, que permite a uno cosechar países y al otro dólares.

Esto es lo que quedó probado, para sorpresa del mundo, en el caso de Las Malvinas y es lo que ningún país podrá olvidar ya, de ahora en más.

La Rioja, 28 de marzo de 1983.

Esta obra se encuentra en nuestro acervo bibliográfico.